Información con ejemplos sobre la vastedad ficcional que conlleva el mundo literario y sus actores


Borradores de escritura de la autora

"LAS AGUAS DEL CORAJE"

Las situaciones narrativas propias de la novela ocurren en uno o varios lugares de un pueblo. La plaza, la pensión, las calles, el rí­o, el campo etc. Todo ocurre necesariamente, ahí­. Este pueblo de ficción responde a la realidad de cualquier pueblo perdido y olvidado del interior. La acción narrativa desenvuelve hechos ficticios tomados de noticias periodí­sticas, datos históricos y referencias poéticas que configuran un mundo donde no siempre es fácil determinar que es lo real? - Descargar novela

19.7.12

EL INFIERNO DE ENEAS- AGENDA LITERARIA XXV

EL INFIERNO DE ENEAS
Troya fue destruida. Eneas va errante con amargo despecho por los mares, por culpa de Juno. Cuando zozobran cinco navíos aparece Neptuno, protector de Eneas. Eneas desembarca en el lugar donde reina la bella Dido, que huyó de Tiro, quién fundó Cartago. Esta le ofrece hospitalidad.  El le narra sus numerosas hazañas y aventuras. Entretanto, se encienden las pasiones entre ambos y viven con intensidad dicho sentimiento. Eneas olvida su misión hasta que el rey de los dioses le ordena que deje su ociosidad y siga el curso de su destino. Dido intenta retenerlo y ante la inutilidad su amor se transforma en odio. Tras la separación, Dido se consume en una hoguera.
Eneas, singla ahora rumbo a Italia. Consulta a la célebre Sibila. En compañía de ella visita los infiernos y encuentra allí a su anciano padre, a quien sepultara un año antes. Esta descripción de los infiernos es uno de los pasajes más emotivos de la literatura universal. Constituye la fuente de numerosas visiones del infierno descritas en la Edad Media y de ahí su importancia para la historia de las religiones y de la civilización. Eneas y la Síbila llegan junto a Carón. El barquero ofrece un aspecto espantoso: su barba es gris e hirsuta, sus ojos lanzan rayos. A la orilla del río se presentan las sombras de los difuntos:
"Hacia él y en la ribera, lánzase toda la derramada muchedumbre de las almas, hembras y varones y los cuerpos huérfanos de vida de los magnánimos héroes; muchachos, doncellas y jóvenes colocados en las piras a la vista de sus padres: manos ansiando llegar a la otra orilla."
Pero el terrible barquero rechaza estas lívidas siluetas, sombras de los difuntos cuyos despojos no recibieron sepultura. están condenadas a vagar cien años por el borde del río antes de poder alcanzar la otra orilla. A ruegos de la Sibila, Eneas sube a bordo del frágil esquife:
""De allí echa a las otras almas, que ya estaban sentadas en los largos bancos, y desocupa el fondo, y al instante embarca al gran Eneas. Bajo tal pesadumbre, gime el barco sutil y por sus hendiduras entra mucha agua cenagosa. Al fin, sin daño, pasa al otro lado del río a la profetisa y al héroe y los deja en el légamo informe y entre glaucas ovas."
"Asorda estos reinos con su ladrido el gran Cerbero, tendido y monstruoso de parte a parte de su cueva. A quien la profetisa, viendo que ya se eriza su cuello envedijado de culebras, le echa la torta narcotizada de miel y semillas medicinales. El la toma al vuelo, abriendo las tres gargantas, que el hambre exaspera, y, dejándose caer por el suelo, relaja sus desmedidos miembros y se extiende monstruoso llenando toda entrada y pasa presto la ribera de la onda que no tiene retorno.
Y, al instante, en el umbral primero, oye voces, y vagidos grandes, llanto de almas de niños a quienes se llevó un día aciago y . huérfanos de la dulce vida y arrancados del pecho, los sumió en amarga muerte. A par de éstos, los condenados a muerte por supuestos crímenes. estas moradas no les fueron dadas sin tribunal sacado a suerte ni juez. Minos, inquisidor, mueve la urna: él reúne en asamblea a los silenciosos y juzga sus crímenes y sus vidas. Próxima a ellos tienen sus estancias aquellos tristes que, sin merecerlo, por su propia mano, se causaron la muerte y porque aborrecían la luz, rechazaron la vida. ¡Ay, cuánto más ahora y en el alto éter querrían arrostrar pobreza y trabajos duros! Los hados se lo vedan; y la despreciable ciénaga los tiene cautivos en su agua triste, y la Estigia, con nueve vueltas, los aprisiona. Y no lejos de aquí, extendidos por doquier, se muestran los campos llorosos. Aquí, a aquellos que un amor duro consumió con su cruel infición, ocúltanlos una veredas secretas y abrigalos en derredor una selva de mirtos, y ni en la misma muerte dejan las ansias amorosas."
La sombra de Dido se encuentra allí también. Pero cuando Eneas quiere hablarle, huye enojada. Eneas sigue su camino y encuentra a varios compañeros de armas que le cuentan sus calamidades. Poco después llega al pie de una inmensa fortaleza; en torno a sus murallas corre un río de olas de fuego. es el Tártaro, el lugar de los condenados.
"De allí se oyen salir gemidos, horribles latigazos, luego el ruido estridente del hierro y arrastre de cadenas. Encerrados aquí, esperan su castigo aquellos que en vida aborrecieron a sus hermanos; los que a su padre hirieron a causaron fraude a su cliente; los que se tendieron sobre amontonadas riquezas, sin dar parte de ellas al prójimo y  los que por adulterio fueron muertos; los que siguieron armas limpias y no temieron traicionar a sus señores."
Eneas, tiene el consuelo de encontrar a su anciano padre. Pero al intentar abrazarle, la sombra se desvanece como un sueño. Eneas aprende de su padre la doctrina de la metempsicosis; el anciano le nuestra las almas de las generaciones futuras, almas que vivificaran algún día el cuerpo de un ser humano.