AGENDA LITERARIA XXVI-LUCRECIO, UN POETA DEL UNIVERSO
LUCRECIO, UN POETA DEL UNIVERSO
La obra de Lucrecio está impregnada de ardor de polemista; aun en sus pasajes más ricos y abstractos nos sentimos movidos por fogoso entusiasmo y humilde admiración a las leyes de la naturaleza.
Su inspiración poética traduce los principios de Epicuro. Tiene un profundo respeto por el infinito. la teoría atómica de Demócrito dio la paz a Lucrecio.
observaba disgustado cómo los hombres transformaban la tierra en un infierno. Se retiró en sí mismo, se refugió en su mundo interior para hallar allí "una visión más justa de las cosas". Le dio a las fuerzas de la naturaleza un papel muy elevado para acallar los daños que ocasionaban la idolatría liberando de esta forma a una humanidad esclava de las supersticiones: "no debe creerse lo que cuentan los mitos sobre los infiernos, el país de los muertos. Hades y el Cerbero, el suplicio de Tántalo y los vanos esfuerzos de Sísifo. El infierno está aquí en la tierra, pues el pecador y el criminal experimentan su castigo, en forma de remordimientos, por ejemplo."
La época en que vivió Lucrecio fue una era desgarrada, de pasiones desencadenadas, de sed insaciable de placer y también, llena de angustia y decadencia moral.
Se creyó en el deber de tranquilizar a los superviviente y liberarles de esa angustia.
La obra de Lucrecio está impregnada de ardor de polemista; aun en sus pasajes más ricos y abstractos nos sentimos movidos por fogoso entusiasmo y humilde admiración a las leyes de la naturaleza.
Su inspiración poética traduce los principios de Epicuro. Tiene un profundo respeto por el infinito. la teoría atómica de Demócrito dio la paz a Lucrecio.
observaba disgustado cómo los hombres transformaban la tierra en un infierno. Se retiró en sí mismo, se refugió en su mundo interior para hallar allí "una visión más justa de las cosas". Le dio a las fuerzas de la naturaleza un papel muy elevado para acallar los daños que ocasionaban la idolatría liberando de esta forma a una humanidad esclava de las supersticiones: "no debe creerse lo que cuentan los mitos sobre los infiernos, el país de los muertos. Hades y el Cerbero, el suplicio de Tántalo y los vanos esfuerzos de Sísifo. El infierno está aquí en la tierra, pues el pecador y el criminal experimentan su castigo, en forma de remordimientos, por ejemplo."
La época en que vivió Lucrecio fue una era desgarrada, de pasiones desencadenadas, de sed insaciable de placer y también, llena de angustia y decadencia moral.
Se creyó en el deber de tranquilizar a los superviviente y liberarles de esa angustia.
Etiquetas: angustia, Epicuro, idolatría, infierno, infinito, Lucrecio, universo
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