Información con ejemplos sobre la vastedad ficcional que conlleva el mundo literario y sus actores


Borradores de escritura de la autora

"LAS AGUAS DEL CORAJE"

Las situaciones narrativas propias de la novela ocurren en uno o varios lugares de un pueblo. La plaza, la pensión, las calles, el rí­o, el campo etc. Todo ocurre necesariamente, ahí­. Este pueblo de ficción responde a la realidad de cualquier pueblo perdido y olvidado del interior. La acción narrativa desenvuelve hechos ficticios tomados de noticias periodí­sticas, datos históricos y referencias poéticas que configuran un mundo donde no siempre es fácil determinar que es lo real? - Descargar novela

13.1.07

Agenda Literaria V

LA NARRATIVA

La técnica narrativa se deriva de la acción pura del contar. Existe un acontecimiento que se narra que incluye un emisor, un receptor y un narrador, que sirve de intermediario, que es la voz que cuenta dentro del discurso verbal.
El relato puede ser soportado por el lenguaje articulado, oral o escrito, por la imagen fija ó móvil, por el gesto y por la combinación ordenada de todas estas sustancias. Esta presente en el mito, la leyenda, la fábula, el cuento, la novela, la epopeya, la historia, la tragedia, el drama, la comedia, la pantomima, el cuadro pintado, el vitral, el cine, las tiras cómicas, las noticias policiales, la conversación etc.
El relato comienza con la historia misma de la humanidad. Es historia en la medida que evoca una serie de sucesos.
Un texto narrativo es aquel en que un agente relata una historia, vale decir, una serie de acontecimientos lógica y cronológicamente relacionados, que alguien ejecuta o experimenta.
El material de una narración está constituido: por los acontecimientos, los actores, el tiempo y el lugar. Los sucesos se ordenan por secuencias; y se atribuyen rasgos distintivos a los protagonistas de los mismos que de esta forma se individualizan y transforman en personajes. La historia es el elemento más antiguo y es su espina dorsal. En la literatura, la historia se elabora estéticamente.
El autor literario no hace actos de habla, sino que imagina y registra el discurso ficticio de un hablante ficticio, salvo cuando el autor se ficcionaliza. La voz hablante es el narrador, que para cumplimentar la labor de la verosimilitud se vale del uso de las personas gramaticales. Así, podemos hablar de narrador omnisciente (tercera persona gramatical), y de narrador protagonista ó testigo (primera persona gramatical).
La labor artística del autor es convertir la historia en una estructura eficaz, que se convierta en un todo independiente que se rija por sus propias leyes.
Los personajes son entes ficticios que brotaron de la misma imaginación, que concibió la obra total. Son entes ideales que representan un suceso, actúan, son por lo tanto, actores de un proceso. Son dinámicos porque van a vivir determinadas acciones en un marco espacio-temporal convencional.
El marco espacio- temporal es imprescindible, todo ocurre necesariamente en un lugar y en un tiempo. En toda narración el espacio y el tiempo son las dimensiones que enmarcan el contexto, en el que se sitúan los personajes y se desarrollan los hechos.
La intensidad proviene de la condensación, que exige el material narrado.
La atmósfera tiene que ver con el tono utilizado, con lo emotivo, lo anímico, que se palpa en la historia referida. Es el conjunto de opiniones, sentimientos; es decir, la animosidad que se crea respecto de un acontecimiento ó persona.
Toda narración tiene que tener suspenso, y sus características son:
l) Presenta una amenaza de violencia y peligro que a veces se hace realidad.
2) Proporciona una distracción llena de vitalidad y normalmente superficial.
3) Promete acción.
Las estrategias narrativas son varias: directas o indirectas, ambiguas o claras, confusas o transparentes, pero siempre se trata de conceptuar a través del lenguaje y su posibilidad infinita, la realidad humana.


"Alrededor de la empalizada desigual que corona la meseta frente al río, las hogueras de los indios chisporrotean día y noche. En la negrura sin estrellas meten más miedo todavía. Los españoles, apostados cautelosamente entre los troncos, ven al fulgor de las hogueras destrenzadas por la locura del viento, las sombras bailoteantes de los salvajes. De tanto en tanto, un soplo de aire helado, al colarse en las casuchas de barro y paja, trae con él los alaridos y los cantos de guerra. Y en seguida recomienza la lluvia de flechas incendiarias cuyos cometas iluminan el paisaje desnudo. En las treguas, los gemidos del Adelantado, que no abandona el lecho, añaden pavor a los conquistadores."
Manuel Mujica Láinez. Misteriosa Buenos Aires

"Caminó entre aquellos hombres en silencio, con los brazos caídos. la madrugada era oscura, sin estrellas. el viento soplaba despacio, se llevaba la tierra seca y traía más, llena de ese olor como de orines que tiene el polvo de los caminos.
Sus ojos, que se habían apeñuscado con los años, venían viendo la tierra, aquí, debajo de sus pies, a pesar de la oscuridad. Allí en la tierra estaba toda su vida. Sesenta años de vivir sobre ella, de encerrarla entre sus manos, de haberla probado como se prueba el sabor de la carne."
Juan Rulfo- Diles que no me maten

"Al principio se creyó que era una peste. Las amas de casa se agotaban de tanto barrer pájaros muertos, sobre todo a la hora de la siesta, y los hombres los echaban al río por carretadas. El domingo de resurrección, el centenario padre Antonio Isabel afirmó en el púlpito que la muerte de los pájaros obedecía a la mala influencia del judío errante. que él mismo había visto la noche anterior."
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad

"Les tocó en suerte una época extraña.
El planeta había sido parcelado e distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras."
Jorge Luis Borges, Los Conjurados.

"Al día siguiente Antonino se hizo anunciar; aquel amigo sincero retenía apenas el llanto. La idea de que un hombre a quien se ha habituado a amar y a venerar como un padre, sufriera tanto como para buscar la muerte, le resultaba insoportable; tenía la impresión de haber faltado a sus obligaciones de buen hijo."
Marguerite Yourcenar, Memorias de Adriano